martes, 9 de marzo de 2010

Seguir soñando


Era una de esas mañanas en las que sientes haber nacido de nuevo. El Sol brilla tenue detrás de las altas ramas del bosque que respira cadencioso fuera de tu ventana. Se escucha el melodioso canto de las aves que acompañan el arrullo del río. Un aire limpio y fresco se desliza entre las sábanas que cubren sólo la mitad de tu cuerpo y tiemblas un poco. Los vellos de tu piel se levantan en una sutil danza defendiéndote del frío.

El tiempo se detiene entre aliento y aliento que brota de tu seno albino. Cada vez que exhalas mi miedo te acompaña y muero un poco más contigo. Se escapa un hálito de tu alma entre tus labios y se va desvaneciendo en el rocío. Si tan solo pudiera ver la luz de tus ojos iluminando mi destino. Si tan solo pudiera abrigarme con tu voz en este cruel camino. Pero el recuerdo del roce de tu piel es la fuerza que mi esperanza necesita.

Intento pensar un verso pero tu cuerpo es un poema que me roba las palabras y les arrebata el sentido. Me arrodillo a tus pies como guerrero derrotado. Te ofrezco mi herrumbrosa armadura y me entrego en sacrificio. Me has vencido.

Disculpa la torpeza de esta boca que dibuja y estas manos que imaginan,la inocencia de estos pies que no te alcanzan y esta voz que espera muda. En este oasis en mi mente mi mirada te cubre, mi corazón late lento para no perturbar la inocencia de tu sueño. Nunca sabrás que estuve aquí en tu alcoba mirando como abrazabas la ilusión de despertar y verme vivo. Pero sabrás que mi ilusión es verte real y tenerte al lado mío.

Aunque hoy sólo sea un sueño para ti, dentro de un sueño mío.

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